En los últimos años, los centros de datos han mejorado considerablemente su rendimiento. Si bien su desarrollo tiene consecuencias en términos de consumo energético, cabe preguntarse si representan un gasto desmesurado energético
En 2015, el sector digital consumía alrededor del 10% de la producción mundial de energía, de la cual el 18% era consumido por todos los centros de datos y los servidores TI que albergan. Estas cifras provienen de un resumen publicado en 2017 por la Asociación «negaWatt», cuyo objetivo es abandonar las energías fósiles y nucleares para 2050.
Centros de datos, su infraestructura y consumo de energía
Los centros de datos son centros de almacenamiento de información que son, en realidad, lugares físicos donde se reúnen varios miles de unidades centrales llamadas servidores. Estos últimos son máquinas conectadas entre sí, es decir, en red. El objetivo es poder alojar grandes volúmenes de datos digitales. La conexión a Internet es esencial para que los usuarios, a menudo externos, puedan acceder a los datos almacenados en estos servidores. Al principio de la era digital, las empresas tenían su propio servidor LAN interno. El principio es el mismo que cuando guardamos nuestros datos en el disco duro de nuestro propio ordenador. Pero una estructura de este tipo, que almacena cada vez más datos, requiere un presupuesto sustancial. Sobre todo, porque los riesgos de averías suelen poner en peligro a las empresas. Hoy en día, los métodos de backup o alojamiento de datos han evolucionado. Con Internet, el cloud computing se está convirtiendo en una tendencia: «Cloud Computing».
El Cloud, el sistema que lo cambió todo
El Cloud, que significa «nube» en inglés, podría definirse como un sistema de almacenamiento o alojamiento virtual. En realidad, consiste en hacer circular sus datos digitales, desde su disco duro, tablet o smartphone hasta un almacenamiento remoto, agrupados en un centro de datos. Sus datos, e incluso su software, estarán disponibles en cualquier momento, dondequiera que se encuentre, siempre que disponga de una conexión a Internet. Esto facilita la gestión de datos a los usuarios y a las empresas. La externalización del alojamiento TI se ha convertido naturalmente en una tendencia importante con el creciente volumen de datos que circula, especialmente en el comercio electrónico, donde los sitios web profesionales están siempre disponibles sin interrupción. Según un estudio publicado por Cisco, la capacidad de almacenamiento actual de los centros de datos ya no será suficiente para 2021: debería multiplicarse por 4. Es en este contexto, los centros de datos se están volviendo cada vez más estratégicos, pero hay una pregunta cada vez mas frecuente sobre su responsabilidad en el consumo energético. Porque es cierto que se necesita una cantidad significativa de energía para mantener las máquinas en funcionamiento todo el tiempo y, sobre todo, para enfriarlas eficientemente.
Si el consumo de energía es inevitable, ¿por qué no recuperar el calor disipado de los Data Centers?
En 2015, la Unión Francesa de Electricidad (UFE) indicó que el consumo de los centros de datos franceses era de unos 3 TWh. Esto equivale casi al consumo de electricidad de la ciudad de Lyon. La mitad de este consumo de electricidad se utiliza para refrigeración y aire acondicionado en los centros de datos para garantizar la seguridad de los datos alojados. Esta preocupación está en el corazón de los profesionales de los centros de datos que se esfuerzan por reducir el coste de las facturas de refrigeración optando, por ejemplo, por la «refrigeración gratuita» o la refrigeración por aire desde el exterior. Este es el caso, por ejemplo, de los servidores de Facebook en el extranjero que han instalado en Suecia, donde los países nórdicos tienen un clima frío.
Aprovechamiento de la disipación de calor para la calefacción urbana
Por supuesto, el efecto Joule, es decir, la manifestación térmica que se produce cuando la corriente eléctrica pasa a través de cualquier conducto, puede ser explotado para contrarrestar los grandes gastos incurridos en los sistemas de refrigeración. Este calor producido puede utilizarse, por ejemplo, como calefacción urbana. Varios lugares de Francia ya se benefician de este uso específico. Entre otros, el distrito de negocios Val d’Europe, una residencia de estudiantes en Grenoble, pero también la calefacción de una piscina pública en París. Aunque la tecnología sigue siendo bastante limitada, representa un importante paso adelante en la compensación de los costes energéticos asociados a las operaciones de los centros de datos.
El aumento del rendimiento y la recuperación del calor disipado son puntos positivos para los centros de datos. Sobre todo, porque, según el informe de la Asociación «negaWatt», otras infraestructuras consumen mucha más energía que los centros de datos. Por ejemplo, todos los terminales utilizados, es decir, ordenadores, tablets y smartphones, consumirían conjuntamente el doble de energía que los centros de datos.
Por último, para reducir aún más el consumo de energía en el sector digital, es importante recordar que todos deben contribuir adoptando acciones cotidianas simples como, por ejemplo, eliminar los correos electrónicos antiguos, especialmente los que tienen archivos adjuntos de gran tamaño, o limitar el consumo de vídeos en streaming. En 2017, Le Parisien publicó las palabras del analista de Greenpeace Gary Cook, indicando que ver sólo el videoclip del cantante coreano PSY, «Gangnam Style», consumía el equivalente a la producción anual de una modesta central eléctrica. De hecho, este video ha sido visto más de 2.500 millones de veces en todo el mundo.