El sector digital es uno de los sectores que más energía consumen. Con 34.000 millones de equipos, más de 4.000 millones de usuarios, además de infraestructuras de red y centros de datos, es responsable del 2,3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (Gesi Smarter 2030).
En términos del impacto medioambiental, los centros de datos representan el 1% del consumo de electricidad del mundo[1] y el 0,5% de las emisiones de CO2 (GreenIT).
Entre 2010 y 2018, su rendimiento ha crecido enormemente. Según un estudio realizado por Science[2], la capacidad de almacenamiento se ha multiplicado por 25, el tráfico de la red se ha multiplicado por 10 y los volúmenes de procesamiento han aumentado en un 550%. Esto generó un crecimiento del 6% en el consumo de energía. Incluso si este aumento se mide en relación con la explosión del volumen de datos intercambiados y almacenados, debemos seguir trabajando para garantizar que los centros de datos formen parte de un ciclo cada vez más ejemplar y respetuoso con el medio ambiente.
Para ello, es esencial seguir las siguientes 3 recomendaciones:
1. Innovar con un diseño ejemplar para reducir el consumo de energía de refrigeración
Los equipos de procesamiento generan mucho calor. En promedio, un centro de datos dedica la mitad de su consumo de electricidad al aire acondicionado. Para reducir este consumo de energía, se pueden integrar soluciones desde la fase de diseño de la infraestructura: confinamiento térmico de los flujos (pasillo caliente frente a pasillo frío), que permite distribuir la temperatura de manera uniforme; free-cooling directo, que utiliza el aire exterior directamente para enfriar las salas de ordenadores; y el uso de centros de datos modulares para añadir módulos según las necesidades de consumo. Esta última solución, ágil y económica, mejora considerablemente el PUE (Power Usage Effectiveness), es decir, la relación entre la electricidad consumida por el centro de datos y la consumida por sus equipos.
2. Dominar los fundamentos en términos de normas, indicadores clave y calidad de la energía
Para reducir el impacto en el medioambiente, es esencial aspirar, seguir y comprometerse con una mejora constante.
Esto incluye el cumplimiento de las normas medioambientales. En el sector de los centros de datos, destacan cuatro normas: ISO 14001 para evaluar y controlar el impacto de las actividades en el medioambiente; lSO 50001 para la gestión de la energía; Código de Conducta para los Centros de Datos para mejorar la eficiencia energética; y LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), un sistema para estandarizar los edificios con alta calidad medioambiental.
Para optimizar el impacto energético de un centro de datos, deben definirse indicadores de supervisión y rendimiento como el consumo de energía y agua y la cantidad de residuos específicos de cada centro de datos. Paralelamente, se recomienda vigilar otros cuatro indicadores que son esenciales para supervisar y medir el rendimiento técnico, energético y ambiental:
– El PUE, un indicador conocido y reconocido que refleja la eficiencia energética de los centros de datos; el objetivo es apuntar a una relación lo más cercana posible a 1.
– Efectividad del Uso del Carbono (CUE), que mide la cantidad de gases de efecto invernadero producidos por un centro de datos.
– La Eficacia del Uso del Agua (WUE), que determina la cantidad de agua utilizada por sitio.
– El balance de carbono en Kg CO², que calcula las emisiones de gases de efecto invernadero.
La calidad de la energía es también un punto clave al que debe prestarse especial atención. La mayor parte de la electricidad debe ser producida en el país y certificada como de origen renovable o, por lo menos, asegurar que la electricidad consumida por los Centros de Datos corresponda al 100% de la electricidad de origen renovable inyectada en la red del proveedor de electricidad.
3. Optimizar el rendimiento medioambiental de su centro de datos a través de un método global de medición y análisis del ciclo de vida
El software de gestión de la infraestructura del centro de datos (DCIM) es esencial para supervisar diariamente los indicadores clave de rendimiento medioambiental, alimentar los informes internos y gestionar inteligentemente los recursos según los objetivos.
La solución D4 Smart DC de DATA4 proporciona una visibilidad en tiempo real del impacto medioambiental de su espacio de alojamiento y equipo informático con indicadores sobre el consumo de energía y agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de recursos naturales. El objetivo de la solución Smart DC es permitir al proveedor de servicios de colocación medir el impacto ambiental de sus infraestructuras y a sus clientes medir el impacto de sus equipos informáticos. Además, esta transparencia es total ya que ofrece una visión de todo el ciclo de vida, desde el diseño, hasta la construcción y el funcionamiento en cumplimiento de las normas ISO 14000 e ISO 14040.
En definitiva, una solución de gestión avanzada es una cuestión fundamental para cualquier operador de un centro de datos que quiera ofrecer a sus clientes una verdadera herramienta de toma de decisiones para una mejor gestión y anticipación de los riesgos y para optimizar los recursos identificando los que están sobre o infrautilizados.
Para 2025, a nivel mundial, el número de usuarios habrá aumentado en 1.100 millones, el consumo de energía se habrá multiplicado por 2,9, el consumo de electricidad por 2,7 y las emisiones de gases de efecto invernadero por 3,1 (Global Digital Footprint Study). Es esencial para toda la industria de los centros de datos que sus actores hagan todo lo posible para limitar y controlar estos aumentos adoptando las tres buenas prácticas descritas anteriormente.
Descubre en nuestra infografía las prácticas recomendadas para velar por la sostenibilidad del medioambiente en los data centers.
[1] https://www.connaissancedesenergies.org/la-consommation-electrique-des-data-centers-t-elle-ete-surevaluee-200304
[2] https://www.greenit.fr/2020/03/04/data-center-seulement-6-de-hausse-en-8-ans/