En la era digital, los centros de datos se han convertido en los héroes anónimos que apuntalan nuestro mundo cada vez más interconectado. Estas instalaciones actúan de eje central para el almacenamiento, procesamiento y distribución de los datos, permitiendo que funcionen los servicios y aplicaciones digitales de los que dependemos a diario.
Jérôme Totel, director de Estrategia e Innovación de Data4 Group
El sector de los centros de datos apoya cada vez más el desarrollo de fuentes de energía renovables, con especial hincapié en el abastecimiento local, y contribuye a una combinación energética más sostenible.
Además, desempeñan un papel fundamental en la computación en la nube, el análisis de datos, la inteligencia artificial y diversos servicios en línea, lo que los convierte en la base de nuestra economía digital moderna. Además, a medida que aumenta nuestra dependencia de la tecnología basada en datos, los centros de datos están llamados a desempeñar un papel más importante en nuestras vidas en los próximos años.
Al mismo tiempo, el sector de los centros de datos tiene por delante la tarea de garantizar su aceptabilidad. En la actualidad, los centros de datos no suelen verse con buenos ojos debido a problemas medioambientales relacionados con el consumo de energía y agua, el mal uso del suelo e incluso el impacto económico limitado que tienen en las comunidades de su entorno. No tiene por qué ser así, y hay cosas que los propietarios de centros de datos ya están haciendo para introducir cambios positivos.
Controles de sobriedad
Todos los centros de datos, incluidos los nuestros, deben adoptar en este momento el concepto de sobriedad en sus operaciones, debido al profundo reto que supone trabajar en un mundo con recursos finitos. Esto engloba varios aspectos cruciales, como la moderación del uso del suelo, la eficiencia energética y un enfoque centrado en el uso estratégico de otros recursos naturales.
A la hora de pensar en el uso del suelo, los propietarios de los centros de datos deben centrarse en sacar el máximo partido de lo que tienen y, en el momento de construir, asegurarse de que la economía del espacio ocupa un lugar destacado. Por ejemplo, nos hemos centrado en limitar la artificialización del suelo y en densificar la potencia por metro cuadrado. Con ello, hemos triplicado nuestro factor de potencia por hectárea. Se trata de un paso que en Data4nos parece esencial en un mundo donde los recursos terrestres son limitados y la preservación de la biodiversidad resulta fundamental.
Un uso inteligente del suelo va de la mano de la eficiencia energética. El sector de los centros de datos apoya cada vez más el desarrollo de fuentes de energía renovables, con especial hincapié en el abastecimiento local, y contribuye a una combinación energética más sostenible.
Gracias al uso de tecnologías de refrigeración de última generación, hemos mejorado un 20 % nuestro coeficiente de eficiencia energética (PUE), lo cual es un gran comienzo. Creemos que el uso de la inteligencia artificial (IA) nos ayudará aún más a optimizar el PUE en los años venideros. Y, lo que es más, también nos estamos centrando en subvencionar el desarrollo local de energías renovables para impulsar este objetivo.
La sobriedad se extiende también a otros recursos naturales, como la gestión del agua, con la adopción de prácticas como evitar los sistemas de refrigeración adiabáticos. En Francia, esto se ha traducido en una eficiencia en el uso del agua (EUA) que utiliza una potencia eléctrica de 0,061 l/kW IT.
Además, los centros de datos participan activamente en la medición de su huella ambiental global, con criterios como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso del agua, el consumo de tierras raras, el consumo de energía y la eutrofización del agua dulce, para garantizar una gestión responsable de los recursos y reducir al mínimo su impacto en el medio ambiente.
Ante la limitación de los recursos, estas medidas representan pasos esenciales para garantizar la sostenibilidad y viabilidad a largo plazo de los centros de datos en la era digital.
Revitalización de las regiones e influencia positiva en la economía
Con una economía mundial que pasa por una época difícil, la mayoría de los gobiernos y autoridades locales buscan formas de invertir en sus comunidades locales y de crear empleo y oportunidades a largo plazo.
Por eso, cuando los operadores de los centros de datos se trasladan a nuevas zonas, es esencial que conozcan en detalle el ecosistema local. Los propietarios de los centros de datos deben colaborar estrechamente con múltiples autoridades locales, directores de comunidades y proveedores como oficinas de diseño, arquitectos, especialistas en aire acondicionado o electricidad, expertos en redes y telecomunicaciones y directores de obra.
¿Por qué? Porque se trata de construir para disponer de centros de datos que también beneficien a las comunidades locales.
Pensemos, por ejemplo, en el centro Marcoussis de Data4. Cuando nos propusimos construirlo, lo hicimos con vistas a garantizar la creación de empleo. Ahora, a finales de 2023, casi 700 personas se dedicarán tanto a construir como a trabajar en el campus de centros de datos. Dicha creación de empleo se extenderá por toda Francia, con una previsión de 1800 puestos de trabajo en diversos centros de datos de aquí a 2030.
Construir centros de datos es fundamental, pero también lo es retribuir a la comunidad. Un aspecto en el que centrarse puede ser enseñar al municipio o a las autoridades locales que la construcción de un centro de datos puede redundar en importantes beneficios fiscales para la región, y que este incentivo aumenta de manera constante a medida que el centro se expande.
Y, lo que es más importante: esta decisión estratégica puede fortalecer la economía local, aumentando su resiliencia en tiempos de crisis internacional, especialmente en regiones que dependen en gran medida de las exportaciones. La sinergia entre el funcionamiento de los centros de datos, la creación de empleo, los beneficios fiscales y la capacidad de recuperación económica subraya el impacto positivo más amplio de estas instalaciones en las comunidades locales y las regiones donde se establecen.
Más allá del dinero y el empleo, se trata de añadir valor.
Los centros de datos demuestran y amplían su impacto positivo cuando se convierten en elementos integrales del entorno que los rodea.
Esto se consigue de diversas maneras, como la reutilización de antiguos emplazamientos industriales y la adopción de diseños arquitectónicos que se integran a la perfección y contribuyen a revitalizar zonas que antes estaban descuidadas. Los centros de datos no sólo se integran físicamente en el paisaje, sino que también se relacionan con la comunidad local de múltiples maneras.
Los centros de datos pueden, por ejemplo, recibir anualmente a estudiantes de secundaria, invitándoles a participar activamente en la concienciación sobre las profesiones digitales y fomentando una cultura de compromiso digital.
Además, los centros de datos deben esforzarse por ser miembros activos de la comunidad local, con proyectos adaptados a las necesidades y aspiraciones únicas de los ciudadanos y la política local. Por otra parte, fomentan la innovación y la responsabilidad medioambiental organizando concursos de empresas emergentes destinados a descubrir tecnologías disruptivas que beneficien al medio ambiente.
Yendo aún más lejos, los propietarios de los centros de datos pueden ayudar a las comunidades locales a que descubran iniciativas de economía circular en sus campus, como reutilizar el calor que generan los centros de datos para diversos fines, incluida la producción de alimentos y la generación de energía renovable. De este modo, los centros de datos trascienden su función primaria y se convierten en participantes esenciales del desarrollo local, la educación, la sostenibilidad y la innovación.
Es innegable que los centros de datos son indispensables para la economía digital, en constante crecimiento, y constituyen la base de nuestro mundo moderno. Su evolución continúa para responder a las preocupaciones medioambientales, crear empleo y contribuir al desarrollo regional y la integración urbana. A medida que aumentan los volúmenes de datos y las exigencias de la tecnología digital, los centros de datos están llamados a ser aún más vitales y a desempeñar un papel central en la configuración de nuestro futuro digital.